Las aventuras y experimentos del Sr. González


20070625 srgzz

¿Qué tal?

El viernes recibimos llamada de la dirección de la estación, con la sorpresa que el mismísimo Sr. González estaría con nosotros este próximo lunes en el programa.

Esperamos poder hablar del trabajo como tal del Sr. González, quizá tocando ¿porqué no? a Botellita de Jerez, pero en definitiva a los cuates de la chamba, el Grao y otras curiosidades. Seguramente será un programa por demás interesante.

Sintonízanos,

Visita al Sr. González en http://srgonzalez.com.mx

Descarga el disco de la banda virtual El Grao del Sr. Gonzalez en http://www.elgrao.com.mx

Escúcha el disco completo en el Sharing box del menú derecho de esta página. ¡Disfrútalo!

Y visítalos en MySpace en:

Lo que pusimos 

  • El Grao
    Verdades O Mentiras (2007)
    «¿Cómo Llamar?»
  • Sr. González
    Retrato Hablado (2007)
    «Melissa Música»
  • El Grao
    Verdades O Mentiras (2007)
    «Yo Lluevo»
  • Monocordio
    La Hora Del Tiempo
    «La Escalera»
  • El Grao
    Verdades O Mentiras (2007)
    «No Quiero Querer»

Fue una noche realmente especial y, sin demagogias, con un señorón en todo el sentido de la palabra.

Esperemos -si todo sale como lo planeamos- tener ya el primer podcast (nos hemos tardado y hemos tenido muuuuchas broncas a pesar de lo pioneros en el webcasting y en la transmisión por internet… ya saben… te duermes en los laureles….) con esta entrevista tan a gusto al Sr. González. Hasta intercambio de regalos se tuvo….

Estén pendientes que tendremos regalos ya sea en el programa o por acá de discos de El Grao.

¡¡¡¡Muy agradecidos de la visita Rafael!!!! Te deseamos que todos tus proyectos sean un éxito.

5 respuestas a “Las aventuras y experimentos del Sr. González”

  1. SORPRESAS DEL DESTINO – PARTHENON
    Por el Sr. González
    En el texto que dedico a Nirgal Vallis en La Mosca No. 117, en buena medida trata sobre como el destino nos tiene preparadas algunas sorpresas y de como el pasado puede volver a nosotros cuando menos lo imaginamos. Acabo de vivir una de estas impredecibles situaciones.
    Hace algunas semanas me encontraba haciendo promoción de mis nuevos discos, El Grao y Retrato Hablado Vol. 1, por tierras regiomontanas. En una de las entrevistas sucedió algo singular y verdaderamente increíble. Acudí a la cita de un lunes por la noche al programa Eufonía de la estación de radio del Tecnológico de Monterrey, Frecuencia Tec. Me recibieron cordialmente Jesus Díaz y Ciro Velázquez sorprendiéndome por su manejo tan completo de la información relacionada a mi carrera. Literalmente lo sabían todo. Mi trabajo pre y post Botellita de Jerez, mis colaboraciones con diferentes artistas, incluyendo a los mas subterráneos así como los discos que he prducido, en fin, no había nada que no parecieran saber.
    Ya en alguna ocasión había conocido a un devorador de información en San Salvador, en esa ocasión con Botellita de Jerez, cuando fuimos a tocar a El Salvador. Ese locutor de radio sabía todo en nuestra historia.
    Pero nunca pude imaginar lo que el encuentro con mis Eufónicos amigos del estado de Nuevo León, desencanedaría para los próximos días. En un momento de la entrevista, Ciro me pregunta que si la primera banda donde toqué en mi vida cuando apenas contaba con 15 años y vivía en Caracas, la que mis compañeros de clase del Colegio Champagnat y yo bautizamos como Parthenon, era la misma que había grabado un disco, el cual sacaba de su mochila mientras preguntaba y me lo mostraba.
    ¿Como?
    Inmediatamente revise los créditos y reconocí a dos de mis ex compañeros: Robert Santamaría y Juan Carlos Ballesta, teclados y batería respectivamente de esa verde banda de mis inicios adolescentes.
    ¿Cuando lo grabaron?
    Yo imaginaba a la banda desaparecida después de un par de conciertos y perdí todo posible contacto con ellos al yo volver a mi país poco tiempo después. “Seguramente lo grabaron después de mi regreso a México en el 81”, me convencía mientras incrédulo revisaba lo que tenía en mis manos. Decía ©2004 Parthenon.
    Hubo un momento en que me quedé sin habla durante la entrevista. Saber de ese disco me emocionó mucho. Ciro, que parecía saberlo todo, me comento que efectivamente la banda había seguido y que lo que me mostraba se trataba de una grabación posterior que se había realizado para el sello francés Musea (mismo que sacó lo de Nirgal Vallis en Europa, por cierto), pero que ante la inconformidad de Robert por el resultado de su producción, solo se habían sacado 100 ejemplares. Después, muy cortésmente me dijo: “Este disco estaba destinado a estar en tus manos, quédatelo hasta que nos volvamos a encontrar”. En ese momento, cualquier confianza en el destino me parecía mas atinado que nunca y creo que Ciro y Jesús apenas podían adivinar la alegría que me había causado este descubrimiento.
    Regresé a la Ciudad de México agradecido con los eufónicos y con el propósito de saber que había sido de mis viejos compañeros. Si recientemente habían grabado este disco, quiere decir que seguían en la música.
    Me metí al internet y en un buscador puse el nombre de la banda. Aparecieron algunas reseñas del disco en cuestión por lo que me enteré que Robert Santamaría se había ido a vivir a España durante la década de los años ochenta y ahora lidereaba una banda que mezcla música del mediterráneo con progresivo, llamada Amarok. Que por otra parte, el disco de Parthenon había respondido al pago de una deuda con el pasado, ya que nunca se había producido ninguna grabación que dejara un documento del trabajo de Parthenon con anterioridad.
    Encontré la página oficial de Amarok y su Myspace y dejé algunos mensajes y correos esperando respuesta. Pasaron un par de semanas y cuando comenzaba a pensar que había sido inútil mi búsqueda, recibí contestación.
    Era Robert diciéndome que después de unas presentaciones con su grupo en algunas ciudades del Bajío se encontraba por hacer un recorrido por las montañas del estado de Hidalgo. Que me escribía desde Pachuca y que estaría el siguiente domingo y lunes en la Ciudad de México para partir de regreso a su hogar en Gerona. Le mande mis teléfonos para lograr el contacto.
    Increible, estaba en México y el destino seguía jugando a mi favor, si además le sumábamos que ese domingo 8 de julio era mi cumpleaños. Buen regalito me esperaba. Y así fue. Entre festejos de un 6 a 0 de la selección mexicana de futbol sobre la de Paraguay, recibí la llamada de mi amigo 29 años después de la última ocasión en que nos vimos. Nos coordinamos para vernos al día siguiente.
    Lo fui a buscar a casa de un integrante del grupo Los Cabeza de Cera que le daba asilo y el encuentro me tenía algo nervioso. Según me explicó después, había hecho amistad con esta banda mexicana ya que Amarok ya había venido en dos ocasiones al festival Prog Fest de Mexicali coincidiendo así con ellos.
    Apenas lo vi me dijo: “si te veo en la calle no te reconozco”. Yo a el si. Me di cuenta que el tiempo no dejo de hacer sus marcas indelebles en ambos. Pero éramos los mismos jóvenes que alguna vez soñábamos con hacer música. Y ahí estábamos, con la seguridad que nos daba saber que a nuestros 45 años, nos habíamos salido con la nuestra y por una serie de acontecimientos afortunados, nos podíamos dar un abrazo.
    Lo llevé a varios sitios de la ciudad mientras conversamos de muchas cosas, intercambiamos discos, me dio referencias de mis excompañeros de Venezuela ya que él siguió regresando, reímos por las causas absurdas de nuestra separación, nos contamos nuestras posteriores historias, lo descubrí ahora como un multi-instrumentista especializado en instrumentos turcos e hicimos planes para futuras colaboraciones vía internet. Nos identificamos al hablar del momento actual de nuestras vidas y finalmente me sentí muy satisfecho del reencuentro con este viejo amigo.
    No se a ciencia cierta que vendrá. El destino ha sido benevolente hasta ahora y nada asegura que seguirá siéndolo, pero nadie me quita esta sensación de satisfacción. Nada.

    Algunos sitios relacionados a esta narración:
    http://eufonia.net/
    http://www.myspace.com/amarokspain 
    http://www.amarokweb.com

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  2. Rafael:

    Gracias mil por tu texto en nuestro blog.
    Con todo cariño y dando honor a quien honor merece…

    Quien te dió el disco de Parthenon fué Jesús, el sabelotodo y audioarqueólogo del equipo (probablemente con la emoción embargándote nos confundiste).

    En estos momentos y por textos como el tuyo es cuando agradecemos la bendición que la labor que hacemos sin ningún interés más que el de la música nos trae y nos da.

    Un abrazo de parte de todo el staff y qué padre que hayamos contribuído un poquito en un momento tan padre.

    Te esperamos a la próxima y cuantas veces quieras al programa.

    Ciro…

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  3. Ahi les va corregido….si quieren borren el anterior. Saludos.
    SORPRESAS DEL DESTINO – PARTHENON
    Por el Sr. González
    El texto que dedico a Nirgal Vallis en La Mosca No. 117, en buena medida trata sobre como el destino nos tiene preparadas algunas sorpresas y de como el pasado puede volver a nosotros cuando menos lo imaginamos. Acabo de vivir una de estas impredecibles situaciones.
    Hace algunas semanas me encontraba haciendo promoción de mis nuevos discos, El Grao y Retrato Hablado Vol. 1, por tierras regiomontanas. En una de las entrevistas sucedió algo singular y verdaderamente increíble. Acudí a la cita de un lunes por la noche al programa Eufonía de la estación de radio del Tecnológico de Monterrey, Frecuencia Tec. Me recibieron cordialmente Jesús Díaz y Ciro Velázquez sorprendiéndome por su manejo tan completo de la información relacionada a mi carrera. Literalmente lo sabían todo. Mi trabajo pre y post Botellita de Jerez, mis colaboraciones con diferentes artistas, incluyendo a los mas subterráneos así como los discos que he prducido, en fin, no había nada que no parecieran saber.
    Ya en alguna ocasión había conocido a un devorador de información en San Salvador, en esa ocasión con Botellita de Jerez, cuando fuimos a tocar a El Salvador. Ese locutor de radio sabía todo en nuestra historia.
    Pero nunca pude imaginar lo que el encuentro con mis Eufónicos amigos del estado de Nuevo León, desencanedaría para los próximos días. En un momento de la entrevista, Jesús me pregunta que si la primera banda donde toqué en mi vida cuando apenas contaba con 15 años y vivía en Caracas, la que mis compañeros de clase del Colegio Champagnat y yo bautizamos como Parthenon, era la misma que había grabado un disco, el cual sacaba de su mochila mientras preguntaba y me lo mostraba.
    -¿Como?
    Inmediatamente revise los créditos y reconocí a dos de mis ex compañeros: Robert Santamaría y Juan Carlos Ballesta, teclados y batería respectivamente de esa verde banda de mis inicios adolescentes.
    -¿Cuando lo grabaron?
    Yo imaginaba a la banda desaparecida después de un par de conciertos y perdí todo posible contacto con ellos al yo volver a mi país poco tiempo después. “Seguramente lo grabaron después de mi regreso a México en el 81”, me convencía mientras incrédulo revisaba lo que tenía en mis manos. Decía ©2004 Parthenon.
    Hubo un momento en que me quedé sin habla durante la entrevista. Saber de ese disco me emocionó mucho. Jesús, que parecía saberlo todo, me comento que efectivamente la banda había seguido y que lo que me mostraba se trataba de una grabación posterior que se había realizado para el sello francés Musea (mismo que sacó lo de Nirgal Vallis en Europa, por cierto), pero que ante la inconformidad de Robert por el resultado de su producción, solo se habían sacado 100 ejemplares. Después, muy cortésmente me dijo: “Este disco estaba destinado a estar en tus manos, quédatelo hasta que nos volvamos a encontrar”. En ese momento, cualquier confianza en el destino me parecía mas atinado que nunca y creo que Ciro y Jesús apenas podían adivinar la alegría que me había causado este descubrimiento.
    Regresé a la Ciudad de México agradecido con los eufónicos y con el propósito de saber que había sido de mis viejos compañeros. Si recientemente habían grabado este disco, quería decir que seguían en la música.
    Me metí al internet y en un buscador puse el nombre de la banda. Aparecieron algunas reseñas del disco en cuestión por lo que me enteré que Robert Santamaría se había ido a vivir a España durante la década de los años ochenta y ahora lidereaba una banda que mezcla música del mediterráneo con progresivo, llamada Amarok. Que por otra parte, el disco de Parthenon había respondido al pago de una deuda con el pasado, ya que nunca se había producido ninguna grabación que dejara un documento del trabajo de Parthenon con anterioridad.
    Encontré la página oficial de Amarok y su Myspace y dejé algunos mensajes y correos esperando respuesta. Pasaron un par de semanas y cuando comenzaba a pensar que había sido inútil mi búsqueda, recibí contestación.
    Era Robert diciéndome que después de unas presentaciones con su grupo en algunas ciudades del Bajío se encontraba por hacer un recorrido por las montañas del estado de Hidalgo. Que me escribía desde Pachuca y que estaría el siguiente domingo y lunes en la Ciudad de México para partir de regreso a su hogar en Gerona. Le mande mis teléfonos para lograr el contacto.
    Increible, estaba en México y el destino seguía jugando a mi favor, si además le sumábamos que ese domingo 8 de julio era mi cumpleaños. Buen regalito me esperaba. Y así fue. Entre festejos de un 6 a 0 de la selección mexicana de futbol sobre la de Paraguay, recibí la llamada de mi amigo 29 años después de la última ocasión en que nos vimos. Nos coordinamos para vernos al día siguiente.
    Lo fui a buscar a casa de un integrante del grupo Los Cabeza de Cera que le daba asilo y el encuentro me tenía algo nervioso. Según me explicó después, había hecho amistad con esta banda mexicana ya que Amarok ya había venido en dos ocasiones al festival Prog Fest de Mexicali coincidiendo así con ellos.
    Apenas lo vi me dijo: “si te veo en la calle no te reconozco”. Yo a el si. Me di cuenta que el tiempo no dejo de hacer sus marcas indelebles en ambos. Pero éramos los mismos jóvenes que alguna vez soñábamos con hacer música. Y ahí estábamos, con la seguridad que nos daba saber que a nuestros 45 años, nos habíamos salido con la nuestra y por una serie de acontecimientos afortunados, nos podíamos dar un abrazo.
    Lo llevé a varios sitios de la ciudad mientras conversamos de muchas cosas, intercambiamos discos, me dio referencias de mis excompañeros de Venezuela ya que él siguió regresando, reímos por las causas absurdas de nuestra separación, nos contamos nuestras posteriores historias, lo descubrí ahora como un multi-instrumentista especializado en instrumentos turcos e hicimos planes para futuras colaboraciones vía internet. Nos identificamos al hablar del momento actual de nuestras vidas y finalmente me sentí muy satisfecho del reencuentro con este viejo amigo.
    No se a ciencia cierta que vendrá. El destino ha sido benevolente hasta ahora y nada asegura que seguirá siéndolo, pero nadie me quita esta sensación de satisfacción. Nada.

    Algunos sitios relacionados a esta narración:
    http://eufonia.net/
    http://www.myspace.com/amarokspain 
    http://www.amarokweb.com
    http://www.srgonzalez.com.mx

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  4. Dejamos testimonio de tu buena onda con las dos versiones….

    Abrazos

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  5. Sr. Gonzalez,

    Como bien dice Ciro, son cosas como estas las que nos hacen seguir adelante.

    Mira en que acabó todo. Sonrisas. Intercambios de música. Pero sobre todo reencuentros con viejos amigos.

    Sip, de vez en cuando, como hoy, te das cuenta que dedicarle tanto tiempo a la música (como escucha) vale la pena.

    Un abrazo,

    Chuy

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