Sympozion
Kundabuffer (Unicorn Records)
2006
[progressive rock]
Prod: Udi Koorman
Site: http://www.sympozion.com
Tracks @ MySpace: http://www.myspace.com/sympozion
Eval: 4/5
Art(e): Sarit Hayat
Tracks
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Patterns (3:34)
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Happy War Holiday (8:05)
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Bird (3:41)
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Grapefruit (8:48)
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Six (4:07)
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Zona (8:06)
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Too Much (4:53)
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Grapefruit Variations (10:54)
Músicos/Musicians
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Arik Hayat – teclados + voz + flautas dulces
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Elad Abraham – guitarra + flautas dulces
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Ori Ben-Zvi – guitarras
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Dan Carpman – bajo + voz
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Boris Zilberstein – batería
con/with
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Ilan Salem – flauta (1,3,4)
Reseña/Review
Sorpresivo… agradablemente progresivo, fué lo primero que se me vino a la mente al ponerle play al material de esta banda israelí. Sabía que existían bandas del país haciendo cosas buenas (ya había escuchado -en otro género- a Rockfour y se ve que se pueden hacer cosas interesantes en el país, habrá que estar más de cerca de la escena de Israel, en este caso, de Tel-Aviv).
Pues estamos ante una banda que trabaja un progresivo de corte, digamos clásico (aunque a estas alturas es peligroso tratar de discernirlo, sólo puedo decir que quienes gustan del género lo van a disfrutar) en donde nos vamos a encontrar tracks extensos (fuera de un par de tracks, prácticamente hablamos de tracks instrumentales) y otros no tanto, pero eso sí, con los cambios de ritmo distintivos del género (escuchen si no la imponente Grapefruit, toda una delicia con cambios de todo tipo, incluyendo algunos jazzeados gracias a la guitarra o bien la deliciosamente jazzeada Happy War Holiday), teclados manejados sino con el virtuosismo (¿o exageración?) de otras bandas, sí con todo puesto en su lugar, instrumentos que se siguen o que se contraponen en ritmos sincopados (de hecho la abridora Patterns parecen ser una oda a los mismos, mientras teclados y -de fondo- las flautas dan dos o tres suspiros por aquí y por allá, proporcionando un sello distintivo a la banda con un instrumento que me atrevería a decir que muchas otras bandas desprecian y que Hayat y Abraham hacen que un toque especial a su música. Escuchen Bird, por ejemplo), progresiones (en ocasiones heredadas de King Crimson, como en Grapefruit Variations y sus 11 minutos: el track final, EL TRACK, adicionando muchos tintes de jazz y que cierra con toda autoridad el álbum) y contrapuntos: vaya, lo que puedes encontrar, como dije, en varias de las bandas establecidas del progresivo.
¿Otro plus? Le llega el momento a Bird (uno de los que más disfruté) y las letras están cantadas ¡en hebreo! (al igual que en Zona, el otro track cantado) (escuchen el … ¡Gracias! Se escucha muy dulce y aunque todavía no encuentro las letras de las canciones, no le quita absolutamente nada a la experiencia de escucharles, claro, ayudados en mucho por las voces y las armonías que logran enmedio tanto de una ejecución que llena el espacio aural (varios instrumentos y varios de ellos buscando el unísono y muy buenas composiciones en donde se nota también una formación de jazz y la experiencia de una jam band).
Kudos para el trabajo de la sección rítmica, tan básica para que quien eliga el género para desarrollarse necesita: Carpman y Zilberstein lo hacen funcionar bien. De igual forma, como en toda banda progresiva, el trabajo -para que todo salga bien- es de todos y los demás músicos lo demuestran.
No puedo dejar de pedirles que pongan atención a Zona: las voces, teclados, sección rítmica pero sobre todo las guitarras… a lo largo de todo el track y especialmente en los últimos dos minutos del track…. ¡qué sabroso!
Un disco redondo que te recomendamos ampliamente para darte una oportunidad a “refrescar lo clásico”.
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