The Soundtrack Without Film
Wrath’s Fury (Independiente)
2008
[progressive]
Prod: David Adrián
Site: http://www.myspace.com/soundtrackwithoutfilm
Tracks @ MySpace: http://www.myspace.com/soundtrackwithoutfilm
Eval: 4.5/5
Art(e): Arturo Leal
Tracks
- The Arrival (1:34) – instrumental
- Eternal Dominions (4:13)
- Reflections (4:12)
- Purple Echoes (3:25) – instrumental
- Velvet Ruins (3:37)
- Days Of Fury (4:20)
- The Tunnel (4:20) – instrumental
- Nights Of Wrath (4:59)
- When I Used To Be A Happy Child (3:34)
- 3:33 AM (3:33) – instrumental
- Moons (7:23)
Músicos/Musicians
- David Adrián – batería + guitarra rítmica + guitarra acústica + teclados + programación + cello + diseño de sonido
- Pablo González – bajo
- Marcela Bovio – voz (conciencia sabia)
- Alan González – timpani
- Judith De Los Santos – Voz (conciencia noble)
- Pizote – guitarra
- Patricio Tomaselli – guitarra
- Tjamme – didgeridoo
- Maximiliano Annibaldi – theremin
- Kevin Brooks – guitarra
- Ciro Visconti – theremin
- Celeste Núñez – voz (conciencia caótica)
- Robert Klawonn – guitarra
- Grace Lingow – voz (conciencia melancólica)
- Burak Kahraman – guitarra
- Mariana Castañeda – voz (conciencia melancólica)
- Andy Salvanos – stick
- Cyndee Lee – violín eléctrico
- Jack Hsu – er-hu
- Miroslava Garza – violín
- David Ahedo – viola
- Konrad Komusinski – cello
- Michael Bianco – guitarra 14 cuerdas
- Özgün Göktürk – guitarra
- Tim Nel – guitarra
- Ally Storch – violín
- Roberto Quintanilla – guitarra
Reseña/Review
Hace poco nos hicieron un comentario en una reseña, indicando que la evaluación que habíamos dado a un disco, por el esfuerzo que implicaba, merecía las «5 notas». Es posible, habría que haber estado al tanto del esfuerzo, pero sobre todo que éste fuese notorio y aportase al resultado final (y no es que no lo hiciese, quizá nos faltase contexto). Pues bien: en este caso conocemos el esfuerzo, interpretamos el valor que el mismo da al resultado final y definitivamente estamos ante una obra por demás interesante, complicada en su realización, tanto que a pesar de la insistencia, obtenemos del autor que es prácticamente imposible recrearla en vivo.
Estamos hablando del disco de The Soundtrack Without Film, proyecto del músico David Adrián (ex-Hydra) baterista/multi-instrumentalista, que como muchos otros lanza su experimento despues de meses y meses de investigación y ahínco que no dejan de ser notorios a lo largo del álbum.
Al mismo tiempo que se desarrollaba una idea de raíces cinemáticas (el sueño de Emilio y sus descubrimientos, altibajos, mientras las diversas facetas de su conciencia lo acompañan), dando un lugar preponderante a la historia, David se dió a la búsqueda de sonidos y músicos que le acompañasen en la aventura… ¡Buscando en MySpace!, solicitando ayuda y grabaciones sobre maquetas base realizadas por él mismo, recibiendo los distintos instrumentos que formarían cada track, pasándolos por su prueba de calidad e incluso rechazando algunas de las colaboraciones después de haberlas solicitado tal cual como una ayuda, todo con el propósito de llevar a cabo la idea de tener el soundtrack de una película inexistente (concepto que no es nuevo, pero que en este caso ha sido tratado de pensar hasta el último detalle).
Una obra al mismo tiempo llena de misterio y de simbolismos desde la grabacion misma, en donde, por ejemplo, las vocalistas desconocían el resultado final del concepto del disco y sin embargo colaboraban incluso en letras)… todo a propósito.
El resultado_ cerca de 25 músicos, muchos de los cuales nunca se vieron colaborando en un disco de progresivo que no niega las raíces de tendencia prog-metal de David. Vaya esfuerzo.
Hay que decir, sin embargo, que este tipo de trabajo, aunque bien mezclado (labor que se antoja titánica), tiene efectos (colaterales) en el sonido, al no tener total control sobre las grabaciones, dejando de tener por momentos la cristalinidad que debe acompañar un trabajo de esta magnitud.
El sueño de Emilio arranca con The Arrival, una mera introducción llena de sonidos de fondo (lean el booklet para seguir la historia) que -en un desierto- se dejan acompañar por una guitarra acústica de tonalidad casi flamenca, mientras un arpegio sencillo, pero tremendamente potente te prepara el mood para lo que viene: después de una transición, comienza la sección rítmica (nada más y nada menos que David y Pablo González) potente, precisa en un tono oscurísimo acompañado de teclados y cuerdas de Eternal Dominions, dando pie a la primera voz (Marcela Bovio) con una ejecución limpísima y dando todo en cuanto a rango vocal, mientras la sección rítmica se luce durante buena parte del track.
Continuando casi donde Eternal Dominions nos dejó, una entrada contundente, con guitarras que le dan un halo mucho más metálico a Reflections y la voz de Judith De Los Santos (buena elección para la conciencia noble), más grave y a la vez más suave en este track mucho muy catchy (…. «endless falling» se graba porque se graba)…
Sigue un track lleno de programaciones y samples, el track «electrónico» del disco, que disfruté muchísimo: Purple Echoes… con sus theremins y el sonido algo retro… fluido, no en ataque, no flashy, de la guitarra, bastante trippy con los sonidos de piano al fondo y los samples en backward… coooool.
Continúa un intro de tambores que va creciendo mientras se integran guitarras distorsionadas y, al mismo tiempo, se oyen teclados electrónicos y se enlazan las programaciones mientras los coros a-la-electrric-castle le dan un toque casi inocente a Velvet Ruins donde es la conciencia caótica excelentemente acompañada por la música (la sensación de caos llega a sentirse) la que habla. Noten los silencios antes de los arranques delirantes de la guitarra hacia el final del track… francamente te emocionas con un trabajo de este tipo.
El mood vuelve a cambiar, mientras es la conciencia melancólica la que abre al … sí, melancólico (sobre todo en su introducción) Days Of Fury… un track con más parsimonia, casi una marcha envuelta por el bajo y la batería, mientras la guitarra eléctrica se vuelve loca muy en el fondo. El cerebro de Emilio pudo haber sufrido algún tipo de shock con tanto cambio durante el sueño… yo por lo pronto, lo estoy disfrutando a lo lindo… cada uno es distinto, cada uno se acerca a un género distinto…
Continúa, como en todo el álbum otro «puente» entre las voces de la conciencia, esta vez con The Tunnel, a base de sonidos de piano y teclados, un track que hace honor al nombre del proyecto… lleno de sonidos de voces sintéticas que dan esa sensación de descubrimiento o logro… Tengo que decirlo ya: los tracks instrumentales que sirven de puente de vez en cuando entre la participación de las conciencias los disfruté enormidades…
Sigue el turno de la conciencia inmadura (Mariana Castañeda) en Nights Of Wrath, donde la inmadurez sólo la escucho en el diálogo: una muy buena ejecución vocal en un track que al entrar la guitarra acústica se eleva bastante (ya de por sí, el track es realmente atractivo). Mucha atención de nuevo a lo que hace la sección rítmica: estupendo trabajo. Un excelente track progresivo a más no poder que recuerda bastante a Renaissance.
El violín y resto de cuerdas en When I Used To Be A Happy Child, dándole ese toque de reflexión, melancolía, tristeza al track son una delicia, con los sonidos de fondo que tratan de aglutinar y generan una especie de leit-motif a lo largo del álbum terminan dando pie a una de las varias sorpresas del disco (escoger un er-hu o erhu, el violín chino de dos cuerdas… no cualquiera) que le da una profundidad y sensación especial a este track en particular.
La maravilla continúa con los lamentos, las cuerdas y todo el mood casi ambient de 3:33 AM (hora del despertar de Emilio) que crece, crece y en el que la voz y el tono agudo son las estrellas de ese clímax que da pie a quizá «el track» del disco: Moons, ya con Emilio despierto.
Pongan atención a todo este track final, la cereza del pastel: las guitarras, el manejo de la sección rítmica, las voces, los cambios (en 7 minutos y con la influencia progresiva de David Adrián, por supuesto deben existir), como ejemplo el que se da cerca del tercer minuto o en el minuto 6, la entrada de violines en ataque frontal, delirantes, donde la voz (Marcela de nuevo) se enlaza como un instrumento más dentro de la gran cantidad de las cosas que suceden, de nuevo, llevando la ejecución vocal al límite. Excelente track para cerrar.
No queda más que aplaudir el trabajo.
Recomendación final: Tengan el disco, lean el booklet, disfruten la historia, busquen los simbolismos, pareceria que poco está dejado al azar… pero por sobre todo, regocíjense con la música.
Por cierto: estrenamos nuestra nueva imagen y nuevo sitio con esta reseña… tampoco es casualidad.
Deja un comentario / Leave reply